-Crítica Teatral.-
"Quiero Tomar Tu mano"
Vista: domingo 27 de
abril de 2014.- Loa espacio pro-arte.
Máximas para Javier.
El ruido de una casa de familia pero en un departamento (en
una zona exclusiva) de la ciudad. Voces que se interponen unas con otras,
situaciones que devienen simplemente, casi de modo aleatorio, cotidiano. Todo
se ve a primera vista bajo una luz
brillante, como la que solo puede haber en un tiempo de memoria, en el que la
vida puede pasar de estar adentro a afuera, como si el protagonista fuera otro,
como si eso que le corresponde tan íntimamente al dueño de esos recuerdos fuera
protagonizado por alguien más. Como un actor en pleno trabajo, las escenas se
suceden una tras otra, como en un filme, como en el teatro, como en una novela;
todo adquiere una nueva claridad, una distancia vital en una obra como “Quiero
tomar tu mano”.
De la adaptación del original de Javier Daulte “Nunca estuviste tan adorable” resulta un texto donde las relaciones
interpersonales ocupan el primer plano, explorando así los miedos, las bondades
y porque no los peligros que constituyen los universos de las relaciones
humanas, particularmente en lo familiar, haciendo también un interesante guiño a la propia historia del autor que se mixtura y ficcionaliza
en esta nueva puesta de Mari Delgado.
El texto y el trabajo actoral son los ejes principales sobre
los que la puesta en escena se construye, partiendo de re-ambientar la historia
a la ciudad de Santa Fe y utilizando un tiempo de retrospectiva en el que la
historia avanza de atrás hacia adelante, comenzando aproximadamente en la
década del ´70 hasta la actualidad.
Sobre los personajes se construye lo biográfico como punto
de partida: el espectador puede ver a través de ellos, participar de sus
vivencias y decisiones, comprender o cuestionar el rumbo que toman, porque el
conflicto no está en el pasado, está sucediendo escena a escena, como una soga
lisa sobre la que se van atando un nudo tras de otro, sin consecuencias
aparentes para el presente, pero ¿las tendrá en el futuro?
Aparece en ese tiempo por venir, puesto en la figura de los
sucesores, la pregunta existencial sobre la que gira toda la obra: ¿son las historias
familiares algo de lo que hay que apropiarse o es algo que se incorpora
naturalmente y no se pueden evadir?
Personajes que reniegan de su procedencia para construir un
alter ego que les permita vivir en un mundo deseado y aparentemente mejor;
personajes que tiñen la vida con destellos de felicidad, disfrutando de las
pequeñas cosas pero que no perduran en el tiempo; personajes que se repliegan,
que se postergan, para contemplar y hacer posible la dicha en los demás, siendo
recompensados en algunos casos y mal pagados en otros. Personajes que unen su
historia a la de otros para generar una nueva. En cada caso está la ambigüedad
que plantea la idea de herencia que circula en la obra: ¿se puede aprender de los errores de otros y así evitar
el sufrimiento o se deben experimentar en carne propia?
Las actuaciones logran condensar estos aspectos a la vez que
generan un clima muy particular, que bien podría llamarse de “luminosidad”, el cual influye directamente en la estética de la obra y se percibe como característica
distintiva de la directora.
A través de procedimientos de distanciamiento los actores generan
tiempos de reflexión poética y habilitan
la intervención de otros códigos escénicos como (reminiscencias de) la comedia
musical y la comedia romántica (cercana a la telenovela) además del tono
general realista presente en la escenografía, el vestuario y el maquillaje.
¿Quién no sintió alguna vez estar viviendo escenas repetidas
de otras vidas? La de los padres, los tíos, los abuelos. Las elecciones
personales parecieran ser lo único que separa un “destino” del otro, un final
de otro. Pero para tomar una decisión hay que conocer las opciones, saber que abrazar y de que huir. Es en este
punto donde el espectador siente que ante él se abre una cápsula del tiempo donde
alguien ha dejado escritos aquellos momentos que servirán de lección para los
que vengan detrás suyo, detallando los sí y los no, las soledades, los
desaciertos y las penas que no debe repetir, legado de una vida vivida, de una
vida aprehendida, de una vida compartida en familia.